Una lápida en el pecho
Las madres del Catatumbo se sienten solas en esa lucha por rescatar el núcleo primario de la sociedad, ya que están siendo perseguidas por los violentos y reclaman fortalecer los esquemas de seguridad.
“Es inadmisible que retiren la camioneta y un escolta a la tesorera Maira Alejandra Quintero Contreras, cuando es la compañera más intimidada por el trabajo adelantado en la región del Catatumbo”, dijo García.
La lideresa no está de acuerdo con los procedimientos utilizados para mantener la seguridad a la equidad de género, supuestamente porque los riesgos han disminuidos cuando las intimidaciones se han incrementado.
“Por la defensa de la población infantil y juvenil en condiciones de vulnerabilidad han intentado asesinarla, su esposo está desaparecido y evitó el posible secuestro de su hija”, agregó.
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Señaló que con un simple chaleco antibalas, un escolta y una pistola no van a frenar la arremetida de los violentos contra las mujeres del Catatumbo.