La noticia del secuestro de un adolescente de 16 años en la zona urbana del municipio de El Tarra, al norte del departamento, a manos de uno de los grupos armados ilegales que operan en la zona, volvió a poner en el centro del debate el delito del reclutamiento forzado a niños y adolescentes.
El hecho, que pareciera ser parte de un recrudecimiento de este flagelo, es en realidad uno de los tantos que se registran continuamente pues, a decir de organizaciones sociales de la zona, este fenómeno nunca ha cesado en el Catatumbo.
“Nunca ha cesado, lo que pasa es que ahora se está haciendo mucho más evidente”, afirmó Luis Fernando Niño, alto consejero para la paz y la reconciliación de Norte de Santander, quien se refirió al aumento del número de casos reportados y el incremento del número de personas en las filas de los grupos disidentes, como los indicadores del aumento del problema.
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Precisar cifras es complejo ya que, en vista de los riesgos que esto conlleva para las víctimas, muchos casos no se denuncian ante los organismos competentes; se conoce la situación, se sabe que es grave, pero no hay una estadística que lo refleje.
Lo que sí está definido son los menores que están reclutando: niñas y niños, entre 12 y 16 años, según Niño.
“A quien le reclutan un hijo de manera forzada, sabe que denunciarlo implica poner en riesgo la vida del niño, por eso la familia guarda silencio y trata de solucionar el problema por su propia cuenta; no acuden a ninguna autoridad, porque ninguna autoridad va a responder por eso, ni tienen la posibilidad de recuperar los niños”, explicó Wilfredo Cañizares, director de la Fundación Progresar.
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Cañizares aseguró que esta situación “está pasando todo el tiempo en el territorio”.
Pero también como consecuencia de la presencia y control que ejercen actores armados ilegales especialmente el Eln y las disidencias de las Farc-EP, por temas de contrabando, tráfico de armas y de estupefacientes, precisó la organización Save The Children.
Se sabe que también en la zona operan otros grupos como las Autodefensas Gaitanistas y las bandas criminales –Bacrim- dedicadas al narcotráfico.
“Si hay conflicto seguirá existiendo reclutamiento, instrumentalización y uso de menores de edad con fines de guerra”, advirtió Alba Luz Trigo, de asociación Mujeres del Catatumbo.