Cada caso que conoce la opinión pública sobre complicaciones e irregularidades relacionadas con cirugías estéticas en Medellín parece más escabroso que el anterior.
Esta semana la ciudad conoció el caso de Ada Evelyn Ardila Pérez, una mujer de 38 años, que terminó muerta sobre la camilla de una clínica de garaje en el Centro, abandonada por presuntos falsos cirujanos que, tras comenzar a hacerle una liposucción salieron huyendo minutos después luego de que el procedimiento se complicara y la mujer comenzara a gritar desesperada alarmando a sus acompañantes. Los responsables del hecho salieron de la sala de cirugía hechiza a decirles a los familiares que la mujer presentaba complicaciones y que llamarían a emergencias. Pero lo que hicieron fue huir por el parqueadero del edificio San Ignacio, ubicado en Girardot, y abandonaron el lugar a toda prisa en un carro, mientras la mujer yacía con el abdomen abierto y murió tras convulsionar varios minutos.
Al lado del cuerpo de la mujer, que era oriunda de Planeta Rica, Córdoba y residía en el barrio Castilla, los técnicos del CTI hallaron cuatro equipos médicos, una cédula de ciudadanía, una licencia de conducción y un carné de la Asociación Colombiana de Medicina y Cirugía Estética. Con estos elementos, la información de los familiares y otro tipo de pruebas, las autoridades buscan a los supuestos médicos responsables del hecho que abandonaron la escena.
El caso se enmarca en una problemática de salud pública que tiene todo tipo de aristas y unas cifras alarmantes. Según la Seccional de Salud de Antioquia, solo en 2024, Medellín reporta 125 casos de complicaciones relacionadas con cirugías estéticas. En agosto pasado la Seccional de Salud compiló 44 casos de mujeres contagiadas por una misma micobacteria, algo que pudo terminar en una tragedia peor de no haber sido porque el médico Daniel Montoya Roldán, infectólogo en el Hospital Alma Máter y la Clínica Universitaria Bolivariana junto a su equipo, detectó a tiempo los patrones de las mujeres que llegaron a su consultorio y libró con éxito una carrera contrarreloj para encontrar el microorganismo responsable de llevar a varias de estas mujeres a un delicado estado de salud.
Lea aquí: La paleta que rompe récord de ventas en Cúcuta hace más de 30 años
Tras empezar a recibir varias pacientes con las mismas complicaciones y síntomas luego de procedimientos estéticos, el médico se percató de que todas habían sido intervenidas en una especie de SPA llamado Arte y Cuerpo. Posteriormente se descubrió que habían sido operadas por Yarleny Mosquera Aguirre. Con la cantidad de mujeres afectadas creciendo todos los días, la Seccional acudió al lugar para sellarlo y posteriormente encontró que el equipo y los instrumentos con los que fueron operadas no estaban correctamente esterilizados y fue ahí donde contrajeron lo que luego se supo era una extraña micobacteria que, tras semanas de sufrimiento, por fin pudo empezar a ser combatida a mediados de agosto pasado, tal como lo contó El Colombiano en detalle.
Aunque en su momento los especialistas no descartaron algunas secuelas, estas mujeres contaron con mejor suerte que las personas que fallecieron en el último año, incluyendo varias extranjeras, quienes llegaron hasta la ciudad específicamente para realizarse este tipo de procedimientos y terminaron falleciendo días después de los mismos en clínicas de Medellín y Envigado por varias complicaciones.
Conozca: Más de 200 conductores fueron sancionados en Cúcuta durante operativos de Halloween
Frente a la recurrencia de estos casos, desde la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica y Reconstructiva y las autoridades departamentales de salud han reiterado la necesidad de que la seguridad parta de los mismos pacientes. Por eso es indispensable que al momento de decidir realizarse este tipo de procedimientos las personas busquen en internet información de quien los va a operar. Por ejemplo verifiquen sus datos en el Registro de Talento Humano en Salud, para así asegurarse de que cuenta con los estudios y permisos necesarios para hacerlo.
También es obligatorio que revisen que el lugar donde los van a operar tenga una estrella de habilitación, que es lo que entrega la Secretaría de Salud Municipal o Departamental, dependiendo de cada región. Sin esta estrella quiere decir que bajo ninguna circunstancia estos sitios son aptos para realizar cirugías.
También es fundamental buscar al menos la opinión de dos expertos para sopesar y valorar las opciones. Y, desde luego, comprender que cualquier tipo de procedimiento que sea ofrecido por un precio muy inferior al del mercado en general es una señal de riesgo inminente. En Medellín se han conocido casos recientes de cirugías estéticas que tienen un valor de $30 millones, con todas las garantías de profesionales expertos, que se ofrecen en cambio por solo $8 millones en clínicas clandestinas y con condiciones que claramente ponen en riesgo la vida de los pacientes, como prescindir de la anestesia general y aplicar anestesia local.
Desde la Seccional de Salud Departamental y la Secretaría de Salud del Distrito han anunciado endurecimiento a los controles para encontrar y sellar clínicas de garaje y lugares que no cuentan con la debida habilitación para este tipo de procedimientos.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion