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¿Conviene adoptar las nuevas Normas Internacionales de Auditoría para entidades menos complejas en Colombia?
Estas normas establecen directrices claras para llevar a cabo auditorías de alta calidad.

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¿Conviene adoptar las nuevas Normas Internacionales de Auditoría para entidades menos complejas en Colombia?
Estas normas establecen directrices claras para llevar a cabo auditorías de alta calidad.
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Miércoles, 5 de Febrero de 2025

En el contexto de la globalización, las Normas Internacionales de Auditoría (NIAs) han adquirido una gran importancia en el ámbito empresarial colombiano. La adopción de estas normas, que buscan estandarizar y mejorar los procesos de auditoría, representa un avance significativo hacia la alineación con los estándares internacionales. 

Las NIAs son emitidas por el Consejo de Normas Internacionales de Auditoría y Aseguramiento (IAASB, por sus siglas en inglés) y establecen directrices claras para llevar a cabo auditorías de alta calidad. Aunque estas fueron inicialmente diseñadas para grandes empresas con estructuras complejas, los reguladores internacionales de la profesión reconocieron la importancia de atender a un mercado significativo de Entidades Menos Complejas (EMC).


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Por lo tanto, emitieron nuevas NIAs adaptadas para estas entidades, con el fin de mejorar la estandarización y la calidad de sus auditorías. Sin embargo, la adopción de estas normas en Colombia presenta varios desafíos.

Desafíos de las Normas Internacionales de Auditoría en las Entidades Menos Complejas en Colombia

1.    Adopción y adaptación local

Uno de los desafíos es la armonización con el marco regulatorio colombiano, en cumplimiento de la normativa vigente, como la Ley 1314 de 2009, que establece la convergencia hacia estándares internacionales.  

La adopción de las NIAs para Entidades Menos Complejas (EMC) implicaría su coexistencia con las NIAs plenas, lo que plantea el reto de decidir cuándo aplicar las NIAs para EMC y cuándo las plenas, según el tamaño, naturaleza y complejidad de la entidad auditada. 

2.    Capacitación de los auditores

Aunque las NIAs para Entidades Menos Complejas es un estándar simplificado, su implementación exigirá formación específica para los auditores colombianos. Será necesario que comprendan el nuevo enfoque y su aplicación práctica.  

Los auditores independientes y las pequeñas firmas de contadores tendrán que invertir en capacitación y actualización profesional, lo que podría representar un desafío tanto económico como logístico.


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3.    Percepción de la calidad de la auditoría

Existe el riesgo de que los usuarios de la información financiera, como bancos, inversionistas y entes de control, perciban las NIAs para Entidades Menos Complejas como un estándar de menor rigor o calidad. Esto podría generar desconfianza en los informes de auditoría elaborados bajo esta norma. Por lo tanto, será necesario realizar un esfuerzo significativo para comunicar y educar a las partes interesadas sobre la equivalencia y calidad de los trabajos realizados conforme a las NIAs para EMC.

4.    Resistencia al cambio

La implementación de un nuevo estándar suele encontrar resistencia, especialmente entre los profesionales que están acostumbrados a trabajar con las NIAs plenas. Por ejemplo, las pequeñas firmas de auditoría o los auditores independientes pueden optar por mantener sus prácticas tradicionales debido a la falta de tiempo o recursos necesarios para adaptarse a las NIAs para Entidades Menos Complejas. 

5.    Aplicación consistente

Aunque las NIAs para Entidades Menos Complejas simplifican los procesos, su correcta aplicación exige un enfoque estructurado. Sin guías adicionales o programas de formación, existe el riesgo de que los auditores apliquen estas normas de manera inconsistente, lo que podría afectar la comparabilidad y calidad de los informes de auditoría. Entonces, el desafío será asegurar una implementación homogénea del estándar a nivel nacional.

6.    Acceso a herramientas y metodologías adaptadas

Muchos auditores utilizan software y metodologías basadas en las NIAs plenas, por lo que uno de los desafíos será desarrollar o adaptar herramientas tecnológicas que faciliten la aplicación de las NIAs para Entidades Menos Complejas. La ausencia de herramientas accesibles podría limitar los beneficios de simplificación que este estándar ofrece.


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7.    Expectativas de los organismos de supervisión

Entidades como la Superintendencia de Sociedades o la DIAN podrían exigir controles o procedimientos adicionales, incluso para auditorías de Entidades Menos Complejas. Esto podría generar tensiones entre el enfoque simplificado del estándar y las expectativas regulatorias. Por esta razón, será crucial definir claramente el alcance de las NIAs para EMC y determinar si cumplen con las necesidades de supervisión y control en el país.

8.    Capacidad de auditoría en zonas rurales

En regiones alejadas de los grandes centros económicos, donde predominan las Entidades Menos Complejas, persisten desafíos como la escasez de auditores capacitados y los recursos limitados para adoptar nuevos estándares. La implementación efectiva de las NIAs para EMC dependerá de una adecuada difusión y del apoyo brindado a estas áreas.

En conclusión, aunque las NIAs para Entidades Menos Complejas simplifican la auditoría para estas entidades, su adopción en Colombia enfrentará diversos desafíos, como la necesidad de capacitación, la percepción de calidad, la adaptación regulatoria y el acceso a herramientas adecuadas. 

Superar estos retos requerirá la colaboración entre los organismos normalizadores, los reguladores, las asociaciones de profesionales de la auditoría y las entidades académicas. Este esfuerzo conjunto garantizará una implementación efectiva y homogénea, promoviendo un entorno empresarial más transparente y competitivo.

Autor:  Jorge Eliécer Moreno Urrea, socio líder de Aseguramiento, PwC Colombia


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Aproximadamente, 600.000 hogares podrían decidir cortar los servicios tradicionales de televisión en los próximos años, según PwC Colombia.
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En un entorno marcado por una transformación constante, la industria de entretenimiento y medios (E&M) ha logrado superar los desafíos de un contexto disruptivo. 

Aunque persisten factores de riesgo e incertidumbre, en el último año la industria recuperó su estabilidad, logrando un incremento del 5 % en sus ingresos globales. Se estima que para 2028 estos superarán los US$3.4 trillones, según el último informe Global Entertainment & Media Outlook (GEMO) de PwC Colombia.


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Sin embargo, las perspectivas a futuro son desafiantes, ya que varios segmentos clave tendrán que adaptarse a cambios estructurales y replantear sus modelos de negocio. Este es el caso de los servicios de streaming over-the-top (OTT) que, aunque siguen en aumento, están registrando un crecimiento moderado en comparación con años anteriores. 

A eso se le suma que las empresas están enfrentando dificultades para lograr que los usuarios paguen más por bienes y servicios digitales, por lo que se prevé que el ingreso promedio global por suscripción a video OTT, de 2023 a 2028, apenas cambiará de US$65.21 a US$67.66.

Ante esta situación, los principales actores del mercado de streaming han comenzado a reconfigurar sus estrategias. Muchas plataformas empezaron a introducir modelos híbridos, financiados con publicidad, que ofrecen tarifas de suscripción más bajas a cambio de la visualización de anuncios, así como implementar políticas de restricción, como las del uso compartido de contraseñas, con el fin de maximizar los ingresos.

¿Cómo impactará la transformación del consumo audiovisual a los sectores tradicionales?

El panorama del consumo audiovisual en Colombia está marcando un cambio decisivo para diversos sectores, especialmente en lo que respecta a la televisión y el cine


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En este sentido, se espera que, en los próximos años, una gran parte de los usuarios migre hacia la televisión por protocolo de internet (IP, por sus siglas en inglés), sistema que experimentará un crecimiento acelerado del 14,5% y alcanzará los 1.2 millones de hogares para el año 2028.

A pesar de la tendencia hacia la televisión por internet, los operadores tradicionales de televisión de pago no se verán completamente desplazados. Se prevé que estos operadores aumenten sus ingresos por suscripciones, alcanzando los US$980 millones en 2028, en comparación con los US$812 millones registrados en 2023. 

Sin embargo, según el informe de PwC Colombia, aproximadamente 600.000 hogares podrían decidir cortar los servicios tradicionales de televisión en los próximos años, lo que representaría una disminución a una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR, por sus siglas en inglés) de -2,7%, siendo la televisión por cable la más afectada, con una reducción de su base de usuarios del -6,3% en términos de CAGR.

Por otro lado, el cine en Colombia está experimentando una recuperación significativa, especialmente después de los efectos de la pandemia y la competencia creciente de las plataformas de streaming. El 2023 marcó un hito al ser el año con el mayor número de asistentes al cine en el país desde la crisis sanitaria. 

 


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Este fenómeno refleja una reafirmación del interés por la experiencia cinematográfica en salas, que se ve respaldada por una creciente producción local y la atracción de inversiones extranjeras. El año pasado, se vendieron más de 53 millones de boletos de cine, y se proyecta que esta cifra aumente a 71 millones para 2028, con un crecimiento esperado de los ingresos de taquilla a una tasa compuesta anual (CAGR) del 8,6%.

El socio líder de la industria TMT de PwC Colombia, Jorge Mario Añez, indicó que este panorama refleja cómo los sectores audiovisuales están experimentando una adaptación dinámica en respuesta a un entorno cada vez más digitalizado y globalizado. 

“Si bien los sectores tradicionales se enfrentan a desafíos significativos, su capacidad de adaptarse a las nuevas demandas tecnológicas será crucial para su supervivencia y crecimiento”, resaltó Añez.

Expresó que la innovación, aunque inevitable, no debe comprometer la identidad ni la esencia de la oferta original, ya que esta puede ser la mayor fortaleza para preservar la experiencia del consumidor, que es cada vez más exigente.


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