Un incendio forestal de grandes proporciones arrasó con más de 50 hectáreas de capa vegetal en la vereda Portachuelo, ubicada en la zona rural del municipio de Ocaña.
Socorristas reportan daños a la fauna y flora, donde las llamas quemaron las mangueras de los sistemas de riego y amenazaron con llegar al relleno sanitario en el sector de La Madera.
El alcalde Emiro Cañizares activó el Puesto de Mando Unificado para coordinar la ayuda de la Fuerza Aérea en el envío de naves utilizadas para sofocar la conflagración.
Cañizares ordenó una investigación exhaustiva para castigar a los responsables del daño ecológico.
“Lamentamos que la irresponsabilidad de un grupo de ciudadanos que siguen en esas prácticas sin estar permitidas. Desde el sábado arden las montañas, se activaron todas las alarmas en el Sistema de Gestión del Riesgo”, precisó.
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Calificó como dolorosa y compleja la situación para algunas personas que lo perdieron todo, especialmente las conexiones hídricas. “He solicitado a la autoridad ambiental, actuar con todo el peso de la ley en este tema”, añadió.
Encienden las alarmas
La coordinación de Gestión del Riesgo y los organismos de socorro, especialmente el Cuerpo de Bomberos voluntarios de Ocaña, la Defensa Civil, la Policía Nacional, el Ejército Nacional, y las ambulancias IAFS trabajan incansablemente con los campesinos de la región para evitar la propagación de las llamas por las ráfagas de viento y las altas temperaturas.
Gustavo Adolfo Paba Navarro, director de la oficina de Gestión de Riesgos, señaló que el foco está en la vereda Portachuelo y amenaza con propagarse hacia La Rinconada. “Se trabaja para evitar que las llamas lleguen a las viviendas donde los ocupantes fueron evacuados hacia otros lugares para mitigar los riesgos en vidas humanas”, precisó.
Preocupa las ráfagas de viento registradas en los desfiladeros y las intensas temperaturas que avivan el incendio.
La versión inicial apunta a una quema controlada hecha por un agricultor que se salió de sus manos y ocasionó la conflagración.
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Expertos de la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental, Corponor, territorial Ocaña y la Unidad Técnica Ambiental adelantan las investigaciones para detectar a los responsables.
Escalar la ayuda a nivel nacional
La magnitud del desastre natural debido a la combustión de los helechos, una especie natural, amerita la intervención de la Consejería del Riesgo de Norte de Santander y pedir ayuda a nivel nacional.
Gracias a la gestión del senador José Luis Pérez, el brigadier general Jaime Valencia de la Fuerza Aérea del Centro de operaciones en Palenquero, Puerto Salgar ha dispuesto de la tripulación de una nave especializada para controlar el foco del incendio.
“Mover los helicópteros no es fácil y estamos en esa tarea ya que las llamas afectan muchos galpones y al frente está el relleno sanitario, lo que puede ocasionar una tragedia mayor”, agregó Cañizares.
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Ante la situación que se presentó, agregó que es necesario construir reservorios de agua e hidrantes para actuar oportunamente. Asimismo, llamó a los campesinos a crear conciencia sobre los graves riesgos que implica la práctica de la rocería y la quema de residuos.
Por aire y tierra
Los organismos de socorro no escatiman esfuerzos por extinguir las llamas con la finalidad de proteger la fauna y flora en esa zona de la provincia de Ocaña.
El Ejército colombiano envía aeronaves para penetrar en la zona y lanzar agua hacia los desfiladeros.
Fuerza Aérea Colombiana cuenta con el alistamiento de las tripulaciones de los helicópteros con el equipo Bambi Bucket, el cual es un sistema de recolección de agua por medio de una canasta gigante que cuelga de la aeronave, con la capacidad de descargar entre 420 y 660 galones desde la altura, de forma controlada.
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En esta ocasión, la conflagración afectó varias quebradas que abastecen a los acueductos veredales agudizando la situación del calentamiento global.
Una práctica equivocada
Tanto el alcalde como los organismos de socorro califican como equivocadas las prácticas agropecuarias implementadas por muchos campesinos de la región.
El subcomandante de bomberos sargento Hermides Navarro Vega, alertó a los campesinos de la región sobre los efectos de las altas temperaturas y las brisas a gran escala del mes de julio.
A raíz de las ráfagas del viento las llamas amenazaban con propagarse a fincas vecinas quemando las mangueras de los sistemas de riego.
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El socorrista fue categórico al afirmar que las quemas controladas están rotundamente prohibidas. “Algunos tienen esas prácticas para arreglar las tierras a la espera de las lluvias de abril y preparar las cosechas, pero se les puede salir de las manos. Los infractores se ven expuestos a grandes multas, sanciones e incluso pagar cárcel de acuerdo a la magnitud del daño”, recalcó.
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