Sur Caribe es el nombre que llevaría el departamento número 33 de Colombia y por el cual Norte de Santander pasaría a tener 38 municipios en caso de que se volviera realidad. La propuesta plantea que lo conformen El Carmen, La Esperanza y otras 26 localidades que actualmente hacen parte de los territorios de Bolívar, Cesar y Magdalena.
Muchas voces a favor y otras en contra retumban en los corrillos políticos de la provincia de Ocaña y el Catatumbo debido al impacto socioeconómico que en los territorios podría ocasionar esta escisión. Algunos prefieren no ‘botar corriente’ debido a lo intrincado del entramado fiscal.
Los alcaldes de los municipios de El Carmen, José Reinel Contreras y La Esperanza, Said León Higuera, prefieren guardar silencio ante ese proyecto.
El exalcalde de La Esperanza (2016-2019), Jaider Navarro Quintero, explica las ventajas de contar con una ciudad capital cerca para adelantar los trámites, pero esa transformación genera un impacto de grandes proporciones en la economía.
Resalta las grandes riquezas en el renglón de la ganadería y el sector agropecuario del municipio más joven de Norte de Santander con tan solo 30 años.
Entre tanto, el docente del municipio de El Carmen, Oscar Eduardo Campillo Chinchilla, califica como positiva esa decisión para agilizar los trámites. “Son años de abandono y muchos los factores para asumir esa responsabilidad”, agrega el maestro quien teme el desprendimiento de muchas costumbres y conquistar nuevos mercados.
El presidente de la Academia de Historia de Ocaña, Luis Eduardo Páez García, manifiesta que han sido varios los intentos, pero no se han concretado debido a la capacidad económica de la nueva entidad territorial.
“Aguachica (como capital propuesta del que sería nuevo departamento) tiene unas ventajas comparativas relacionada con las fuentes de ingresos a nivel agropecuario, infraestructura vial para la salida al mar y el aeropuerto”, reiteró.
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También hay que esperar el deseo de adhesión a la nueva figura de ordenamiento territorial apartándose de los pensamientos románticos y aterrizando la idea a la realidad circundante, puntualiza.
Una lucha titánica
Expertos en la materia indican que la pugna no es de ahora, pues Bolívar y Santander se enfrascaron en una pelea que dio al traste con la Gran Convención de Ocaña en 1828. Ocurrió lo mismo en 1910 con la creación del departamento Norte de Santander cuando se escucharon voces inconformes, manifiesta el presidente de la Academia de Historia de Ocaña, Luis Eduardo Páez García.
En la década de los 50 comenzó a gestarse un movimiento separatista con la intención de consolidar el departamento Caro con capital Ocaña para anexar amplios territorios del sur del Cesar y Bolívar, pero el descontento y fanatismo frustró ese sueño.
Incluso hay una polémica en torno a la posición del ministro de Gobierno de la época, el ocañero Lucio Pabón Núñez, quien envió un telegrama el 19 de agosto de 1955 a los integrantes del comité cívico que impulsaba la idea de un nuevo departamento (ver imagen). En ese entonces no compartía la creación de entes territoriales ‘pobres’.
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Igualmente, en la década de los 70 el escritor Mario Javier Pacheco García, retomó el movimiento separatista, pero no dio los frutos esperados.
Vuelve y juega
Desde hace 25 años el periodista Euclides Alsina Granados promueve la creación de Sur Caribe. La iniciativa fue radicada en la Comisión Primera de la Cámara de Representantes el pasado 22 de julio y en los próximos días se efectuará una audiencia pública para ambientar los debates correspondientes, asegura el promotor.
“Existe una luz de esperanza y esa propuesta cuenta con el apoyo de muchos congresistas”, anota Alsina, quien viene consolidando el grupo ciudadano desde el 9 enero de 1999 y cuenta con una estructura de organización.
El territorio agrupa a más de 640.000 habitantes en 21.885 kilómetros de superficie y sería un departamento de cuarta categoría. Su nombre se deriva de la relación geográfica, porque en su mayoría son jurisdicciones del sur de la región Caribe.
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El proyecto es avalado por la representante por el Pacto Histórico, Dorina Hernández, convencida que la iniciativa mejorará la eficiencia administrativa, fiscal y política de la región abandonada por los dirigentes de turno.
Los escépticos
El exalcalde de Ocaña, Luis Eduardo Vergel Prada, resalta los ánimos independentistas de algunos habitantes en aras de una nueva división política y administrativa, pero no es optimista.
Asegura que el tema de crear un ente no es nuevo, pues hace más de 30 años se generó un movimiento similar que no prosperó. “Ese proceso lo lideró Ocaña con más municipios que los actuales en la década de los 90 denominado el departamento Caro. No le veo viabilidad a esa iniciativa de Sur Caribe porque primero se debe definir la política nacional de reorganización territorial”, dice.
Indica que en Colombia solo ha avanzado el poder judicial en cuanto a la distribución territorial, pero en materia político-administrativo se han presentado más de 20 proyectos de ordenamiento territorial, que han fracasado.
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“Las iniciativas llegan al Congreso de la República y para atrás, han existido estudios, contratado personas, analizado las ventajas técnicas y no ha sido posible alejar esos procesos de la parte politiquera”, señala el analista quien manifiesta la urgencia de replantear los linderos en algunos territorios.
Una misión compleja
“No se ha podido resolver los deslinden y predios desmembrados del municipio de Ocaña como tal, difícilmente se podrá concertar la conformación de un departamento”, señala el economista.
Cita el ejemplo del corregimiento de Otaré de Ocaña, anclado en el Cesar y sin una línea física con Norte de Santander. Y así existen muchos casos en todo el territorio nacional, alejados de la capital, sin vías de comunicación terrestre y una configuración cultural diferente. Ocurre con Río de Oro, una parte caliente en el plan del Cesar y la otra fría en las montañas de Norte de Santander.
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Es engorroso por costos y tiempo desplazarse hacia la cabecera municipal y más hacia la capital para hacer trámites. Lo mismo acontece con El Carmen, donde la parte baja de Guamalito tiene un clima diferente con variaciones marcadas en lo alto repercutiendo tanto en la producción y el intercambio comercial.
Señala lo complejo del tratamiento de los aspectos territoriales en Colombia por el impacto sociocultural y las variables económicas. La voluntad de los habitantes, la extensión a segregar, los trámites legales para pertenecer a otra comarca.
Recomienda un estudio riguroso y no cree que el Congreso vaya avalar una iniciativa de esa naturaleza, pues ya ocurrió con la idea del departamento del Magdalena Medio con capital Barrancabermeja que arrancó con fuerza a principios del mandato de Petro y se ha venido diluyendo.
Eso no se evacúa de la noche a la mañana porque se requieren criterios técnicos, económicos, culturales y sociales para sacarlo adelante, añade.
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