Los torrenciales aguaceros caídos después de la Semana Santa dejaron en evidencia los problemas registrados en los techos del histórico templo del municipio de El Carmen, en Norte de Santander.
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Ante el riesgo de un posible desplome de la cubierta, el obispo de la diócesis de Ocaña, monseñor Luis Gabriel Ramírez Díaz, determinó el cierre y adelantar los oficios religiosos en otros lugares para evitar tragedias entre los feligreses.
El alcalde de esa población, Wilfredo Gélvez Prado, adelanta las gestiones en el Ministerio de Cultura para que avale y apoye la intervención ya que no se cuentan con los recursos suficientes para una obra de tal magnitud que puede superar los 4.000 millones de pesos.
El mandatario contrató al ingeniero especialista en patología estructural Édgar Enrique La Rota para que haga lectura de los daños ocasionados por la ola invernal y proceder a los trabajos de mitigación.
“Estamos dispuestos a solventar los gastos de unos estudios que determinen el tipo de intervención para que el Ministerio proceda a la asignación de los recursos”, reiteró.
El mandatario aseguró que esa declaratoria de Bien de Interés Cultural no le ha traído beneficios al municipio, al contrario, se registran muchas trabas a la hora de acceder a las partidas del gobierno central.
Junto al obispo, monseñor Luis Gabriel Ramírez Díaz, exponen la situación al Viceministro de Cultura, José Ignacio Argote, a quien se le planteó la urgente necesidad de intervenir el templo con el fin de evitar el deterioro constante.