Los principales productos que Venezuela exportó hacia Colombia, entre enero y mayo fueron abonos, por un monto de US$25,12 millones; combustibles y aceites minerales y sus productos, por US$5,67 millones; productos químicos orgánicos, que representan US$5,43 millones; fundición, hierro y acero, equivalente a US$3,03 millones; y aluminio y sus manufacturas, por el orden de US$2,11 millones.
Este fue el balance que hizo la Cámara Colombo Venezolana sobre el comercio binacional, desatacando un crecimiento del 117%, en comparación al mismo período del año 2022, (cuando aún la frontera por Norte de Santander estaba cerrada), pasando de US$29,5 millones a US$64 millones.
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El gremio de empresarios agregó que se dio un aumento del 10% en las importaciones venezolanas de origen colombiano, pasando de US$224 millones, en enero-mayo de año pasado, a US$247 millones, en 2023.
Los productos que más ingresaron a Colombia fueron azúcares y confitería (US$27,13), materias plásticas y manufacturas (US$25,13 millones), combustibles y aceites minerales y sus productos (US$11,17 millones), fundición, hierro y acero (US$11,04 millones), productos farmacéuticos (US$7,06 millones) y aparatos y material eléctrico, de grabación o imagen (US$6,78).
Recuperación del 55% del mercado
El presidente de la Asociación Auxiliares Aduaneros de estado Táchira (Asoata), Nelson Ureña, expuso que mes a mes se viene incrementando el intercambio comercial por la frontera del Táchira y Norte de Santander.
“El aumento ha sido constante y progresivo en el proceso de importación y exportación, y la balanza comercial sigue siendo a favor de Colombia”, apuntó.
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Explicó que las operaciones se han ido agilizando; en el caso de los cargamentos de pollitos bebés se nacionalizan en un lapso de 45 minutos a una hora, toda vez que cuando llegan se están yendo a destino por la declaración anticipada. Mientras que los productos que llegan en la mañana están saliendo en la tarde.
La rapidez en los trámites del lado venezolano se están dando gracias al engranaje que existe entre la Contraloría Sanitaria, el Seniat, cuyos funcionarios están haciendo hasta dos y tres reconocimientos en el día por todas las almacenadoras donde ha ingresado carga.
Eso ha facilitado mucho, además de la buena coordinación también con los clientes para el pago de las planillas.
“En fin, se está manejando una coordinación que nos permite venderle al cliente la posibilidad de que su mercancía llegue acá, que tenga todos los estándares de seguridad, que los depósitos están al día, que están refaccionados, que no tienen goteras, que su mercancía está asegurada”, dijo el líder de los aduaneros.
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Están activas 22 almacenadoras, en Táchira, que cubren 280.000 metros cuadrados de espacio físico autorizados por el Seniat, de los cuales 82.000 son bajo techo. Adicional, 66 agencias de aduana están autorizadas.
Nelson Ureña señaló que aún enfrentan algunas dificultades que se presentan, no solamente por San Antonio, sino también por Paraguachón, y son las formas de pago.
Reveló que algunas empresas como Mazda, Alpina, de Colombia, han acudido a la frontera del Táchira a hacer las visitas correspondientes a los depósitos para empezar a operar y a llevar sus productos por esta zona.
Asoata estima que se ha recuperado el mercado por el orden del 55%, agregando que 5.600 camiones han transitado por los puentes binacionales desde el 26 de septiembre de 2022.
Los auxiliares aduaneros calculan que alrededor 1.000 empleos directos se han retomado en San Antonio y Ureña, tras la reanudación del intercambio comercial.
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Redacción Anggy Polanco / La Opinión